sábado, 16 de abril de 2011

Salesianidad en lo cotidiano

Recuerdo los días aquellos en el colegio, cuando un día nos invitan a participar de la pastoral, ese día a lo mejor no le tomaba el peso de lo que era la pastoral del colegio.

La cosa es que al final me inscribí formando comunidades, eramos muchos y poco a poco fuimos cada vez menos, recuerdo que participábamos activamente y poco a poco nos fuimos metiendo mas en esto. Me gustaba participar mucho en los campamentos era un momento en donde te apartabas de la rutina de siempre y veías las cosas desde otro punto de vista.

Y siempre me quedo en la cabeza algo que repetía mucho mi asesor "la Salesianidad en lo cotidiano", a decir verdad en ese momento nunca lo entendí.

Imagine que eso era estar en las esquinas predicando al aire libre, como suele verse los fines de semana en la calle, algo que nunca me pareció por al fin y al cabo era como pasar publicidad en la tele.

Pasaron muchos años, los azares de la vida fueron haciendo mi camino, pero siempre con algo sin resolver.

Hasta que hace muy poco tiempo, me di cuenta que la salesianidad de lo cotidiano, no era solamente ir por ahí gritando alabado sea Dios a los 4 vientos, era mucho mas, era hacer de eso parte de tu vida cotidiana con todos los defectos y virtudes que uno pudiese tener, era hacer de lo que haces diariamente algo salesiano.

Parece que lo que digo lo saque de una misa, pero no es un conclusión que saque después de ciertos hechos que han marcado mi vida de buena y mala manera.

Cuando tu vez que tu amigo esta mal, en vez de dejarle ahi tirado te sientas y lo escuchas, tambien lo aconsejas.

Cuando vez que alguien esta haciendo algo malo, vas y le corriges.

Cuando en tu trabajo le pones el mejor empeño posible, no por quedar bien con tu jefe o con la empresa, sino por que tu trabajo no lo recibe ninguna de las personas anteriores lo recibe el cliente que puede ser una persona común y corriente al igual que tu o mas pobre aun, y esa persona merece que tu le pongas todo el empeño posible para que reciba un buen trabajo.

Por lo tanto practicas en lo cotidiano lo salesiano sin caer en la redundancia de nuestras instituciones, es verdad muchos te dirán miles de cosas llenas de envidia, que eres tonto y sin fin de cosas.

Pero las cosas que nosotros hacemos no las hacemos por la admiración de los demás, al contrario las haces por que lo debes hacer "Ayudar a tu prójimo, como lo harías contigo mismo"

Tener altura de miras e ir un poco mas allá, dar un paso mas, a veces hace que el mundo se vuelva contra ti y que todo va cuesta arriba, pero das la pelea sigues adelante, sufres, te angustias, lloras.

Pero al final al final de todo cuando logras aquello que tanto te costo y de forma honrada, es tan gratificante que no tiene palabras para describirlo.

Y te sientes tranquilo contigo mismo y alcanzas esa felicidad que se transforma en tu paz.

Recuerda nunca bajes los brazos